28 de Marzo, 2024
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Cultura

LA NUEVA EXPOSICIÓN DE LA COLECCIÓN MALBA

El museo dedicado al arte latinoamericano presentó un nuevo guión curatorial de su acervo, con una selección de más de 200 obras que proponen un acercamiento amable y didáctico al arte de la región realizado en el siglo XX.

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Existen múltiples maneras de exhibir o relatar una colección de arte, un conjunto de obras que abordan un periodo específico de la historia del arte. El Malba, dedicado al arte latinoamericano, acaba de presentar el nuevo guión curatorial de su acervo, una selección de más de 200 obras distribuidas en el primer piso del edificio que proponen un acercamiento amable y didáctico al arte de la región realizado en el siglo XX.
 
Nombres clave como Frida Kahlo, Diego Rivera, Antonio Berni, Tarsila do Amaral o Emilio Pettoruti, conforman este compendio ordenado de manera cronológica y que aborda la modernidad que atravesó Latinoamérica, caracterizada por ese cruce híbrido entre las raíces locales, indigenistas, de cada país y las influencias de aquellos mismos artistas formados en Europa, es decir, una suerte de resistencia frente a los paradigmas hegemónicos.
 
"La muestra incluye las obras más emblemáticas de la colección, aquellas que fueron clave para entender ciertos momentos y ciertos movimientos artísticos", explicó Victoria Giraudo, jefa de curaduría del museo, a Infobae Cultura. La multiplicidad de formatos -pintura, dibujo, fotografía, escultura- acompaña este flamante recorrido que se divide en siete núcleos temáticos y se extiende hasta el surgimiento del arte conceptual y político en los años 70. A continuación, una selección de siete emblemáticas piezas.
 
Autorretrato con chango y loro, de Frida Kahlo
 
Si existe una figura que está asociada de manera instantánea a la historia del arte mexicano -a veces más por las circunstancias que la rodea que por su propia producción artística- ésa es la emblemática Frida Kahlo. La pequeña pintura Autorretrato con chango y loro, de 1942, una de las piezas fundacionales de la colección del museo, fue adquirida hace años por Eduardo Costantini en una subasta.
 
Frida Kahlo. Autorretrato con chango y loro. Colección Malba
 
Son pocos los visitantes del museo que se abstienen de una selfie junto a ella. La pintora, de vida accidentada y alma libre, es reconocida por sus inconfundibles autorretratos teatrales, en los que se viste una y otra vez con ropa indígena o mestiza, o con los vestidos ceremoniales de las mujeres zapotecas. La pintura es posterior a la revolución mexicana, movimiento que cuenta entre sus logros con la revalorización de lo indígena y de la propia historia local.
 
Manifestación, de Antonio Berni
 
Inmigración, pobreza, desocupación y el reclamo de pan y trabajo. Resulta impactante la actualidad estremecedora de Manifestación, la pintura del rosarino Antonio Berni realizada en 1934 y una de las más emblemáticas de la colección. "Yo no concibo el arte sino como acción y testimonio", decía en vida este artista fundador del Nuevo Realismo, de un permanente compromiso con las problemáticas sociales y políticas de su tiempo.
 
 
Manifestación. Antonio Berni
 
Berni (1905-1981) fue además el creador de personajes emblemáticos como Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos icónicos personajes -el niño de la villa y la muchachita corrompida al llegar a la ciudad- convertidos en leyendas populares y a quienes les han dedicado canciones compositores como Astor Piazzola, Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui.
 
Pareja, de Xul Solar
 
Pequeña y colorida acuarela sobre papel, esta obra de 1923 de Xul Solar busca a un mismo tiempo pensar en el mundo y crear un arte propio. "Hoy, después de almorzar, fundé doce religiones", es una de las frases que una vez le dijo el prolífico Xul Solar a su amigo Jorge Luis Borges, con quien mantuvo una admiración mutua. Artista, astrólogo, filólogo y visionario, Xul fue inventor de nuevas lenguas como el neocriollo, de juegos e instrumentos.
 
 
Xul Solar. Pareja, 1923. Colección Malba
 
Alejandro Xul Solar no consideraba el arte como una manifestación de sus fantasía, sino la representación del mundo tal como lo imaginaba. En sus obras podía imaginar una ciudad voladora sostenida por globos aerostáticos. No eran fantasías sino anhelos reales de un artista místico, visionario y utopista.
 
Baile en Tehuantepec, de Diego Rivera
 
Considerada la obra más importante del maestro mexicano Diego Rivera en una colección privada, la pintura Baile en Tehuantepec permite observar la manera en que las raíces indígenas impregnaban las festividades populares.
 
 
Diego Rivera. Baile en Tehuantepec 1928. Colección Eduardo F. Costantini
 
Enmarcada en el modernismo, esta pieza que no deja de lado las influencias europeas, resalta una identidad propia: el rescate de las tradiciones y una revalorización del indigenismo. La pintura de 1928 homenajea a las coloridas costumbres y tradiciones culturales de aquel pueblo oaxaqueño, situado en el sur de México. Se percibe la cadencia de las tres parejas de bailarines, con vestidos y peinados tradicionales.
 
Lo imposible, de Maria Martins
 
La imagen inicial impacta. No pasa desapercibida. Cómo mirar esa mole blanca de yeso, surrealista, que por momento pareciera amenazante y por otros, como querer fundirse en un abrazo. La obra de la brasileña María Martins (1894-1973), la única escultora surrealista de su país, ostenta dos figuras que refieren a una dualidad varón-mujer, pero también a una dinámica de atracción y repulsión.
 
 
Maria Martins. Lo imposible
 
Realizada en 1945, esta obra en la que la artista explora su propio inconsciente se enmarca en la corriente surrealista, movimiento literario y plástico que proponía revolucionar la experiencia humana al rechazar la visión racional, en pos de expresar el funcionamiento auténtico y automático del inconsciente fuera de toda preocupación estética o moral. El movimiento surge en París en 1924, con la publicación del Primer manifiesto surrealista por André Breton.
 
La canción del pueblo, de Emilio Pettoruti
 
Influenciado por el cubismo, el platense Emilio Pettoruti realizó en 1927 esta pintura, La canción del pueblo, donde un grupo de músicos ejecutan una melodía, enfundados en coloridas y raras vestimentas. La llegada del modernismo y esa inclasificable hibridación entre la influencia eurocentrista y la rioplatense queda en evidencia en esta obra, que ve la luz luego del viaje del artista desde La Plata hacia Italia, Alemania y París, donde sigue formándose.
 
 
Emilio Pettoruti. La canción del pueblo
 
Complejidad, variedad y densidad son adjetivos que bien pueden definir la producción de Pettoruti, obras abstractas con un acercamiento a la problemática del cubismo, un movimiento caracterizado por la utilización total o parcial de las formas geométricas y los colores puros.
 
Formas voladoras, de Alicia Penalba
 
Formas voladoras, una de las más flamantes incorporaciones a la colección del museo es la imponente escultura tan abstracta como sugerente creada por la argentina Alicia Penalba. La obra ocupa una pared completa de la sala y se ubica en el final del recorrido por la nueva muestra.
 
Penalba Alicia. Formas Voladoras. 1969-76. Colección Malba
 
Totémicas, aladas, monumentales. Con éstas tipologías, Penalba experimentó en múltiples repeticiones, ritmos, variaciones y cambios de escala. Buscó contrastes entre texturas, brillos y opacidades, así como opuestos entre lo rústico y lo refinado. La experimentación con el material también caracterizó a su producción artística, una idea ligada a la metamorfosis que sobrevoló todo su trabajo.
 
*La muestra "Arte latinoamericano 1900-1970" se puede visitar en el Malba, Avenida Figueroa Alcorta 3415, ciudad de Buenos Aires de jueves a lunes de 12 a 20 y los miércoles de 12 a 21. Entrada general: $140.
 
Fuente: Mercedes Ezquiaga - INFOBAE