13 de Marzo, 2024
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UNA FIRMA QUE FALTÓ DEMUESTRA QUE URUGUAY ESTÁ LEJOS DE AMÉRICA

La sangre derramada por el pueblo venezolano es la única razón para imponer la voluntad y los derechos de una ideología endemoniada impuesta por quien ya debiera haber pagado con creces el daño ocasionado a la nación venezolana.

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Un país democrático jamás puede tener buenas relaciones con una dictadura violenta y asesina, ni puede “inocentemente”  lavarse las manos donde falta la democracia, donde la muerte contra sus ciudadanos campea por  doquier  tiñendo con su sangre el glorioso suelo venezolano,  y esa sangre derramada es la única razón para imponer su voluntad y su ideología totalitaria.
 
La declaración de los 16 países que se pronunciaron sobre la situación de gravedad extrema que vive Venezuela, habla a las claras del repudio generalizado que promueve el dictador y  tirano (*) del país llanero, Nicolás MADURO, quien sigue impune para algunos países americanos serviles defensores de la mentirosa  frase de la  “no intromisión en los problemas interiores de otros países”, mientras el pueblo aporreado llora y muere a manos de  quienes detentan libremente el poder absoluto, ilimitado y vergonzoso.
 
 
Sus mentiras, sus alocuciones burlonas contra los países que no participan de sus diatribas y burlas lo muestran, cada día que pasa, como un dirigente peligroso y enajenado que ha llegado a  asesinar a más de 150 mil venezolanos con las armas de Simón Bolívar, para reafirmar su posición de retrógrado, delincuente y mal nacido, amigo de los países totalitarios, antidemocráticos y asesinos. 
 
Jamás Simón Bolívar hubiera osado disparar sus armas libertadoras contra el pueblo de Venezuela.
 
Nicolás Maduro lo hace desde hace años tras una pretendida ideología de izquierda de Bolívar. Hoy a Maduro, supuestamente Bolívar  y el pajarito, se lo mandan a hacer desde el socialismo, que Bolívar nunca conoció  como  concepto socialista per se ya que aún no se había planteado la idea desde el punto de vista filosófico. Si era socialista es algo que queda como discusión filosófica.
 
Es apropiado decir que el  tirano venezolano no  conoce al verdadero Bolívar. Pero, al margen de otra discusión, podemos decir que Maduro, por su conducta y su pensamiento, reúne todas las condiciones del perverso, del caprichoso, del indolente ante los sufrimientos de su gente.   Miles de ciudadanos debieron abandonar su país, por temor a las persecuciones del tirano, por hambre y por la falta de protección de un Estado que se ha transformado en el peor enemigo de la Nación y de los venezolanos.
 
 
Es evidente, que Maduro piensa entronizarse, gracias a unos pocos venezolanos que con no reconocido temor lo siguen, como el monarca de los tiempos más oscuros vividos por ese país, en  medio del sufrimiento, las angustias, la vida y la sangre de la mayoría del pueblo venezolano.  
 
Los países que comparten su ideología –más nazi que socialista-, sus métodos perversos de asesinar a sus compatriotas, que aceptan ser amigos de semejante personaje maligno, no pueden hacer oídos sordos a los reiterados pedidos que se hacen desde los cuatro puntos cardinales del mundo, pidiendo justicia (que no la hay),  comida (que tampoco la hay), respeto por los hombres, mujeres y niños venezolanos castigados por este maníaco, por la paz que se ha perdido hasta quién sabe cuándo. El pueblo venezolano ha perdido la dignidad, al igual que el indigno presidente de ese país, que supone, en su locura, seguramente, que no morirá nunca o que, cuando ello ocurra, recibirá la pleitesía del mundo entero.
 
Los países “amigos" -que dice tener- lo son porque mantienen todavía negocios con Venezuela, especialmente petróleo, riqueza que bien sabe él que es perecedera.
 
Los países americanos le dan la espalda a un régimen político de oprobio, que avergüenza al continente y ha quedado demostrado en la Cumbre de las Américas cerrada este domingo en Lima, Perú.    
 
Lo lamentable es que, uno de los fundadores del Mercosur, no firmó el documento que 16 países de América rubricaron contra Nicolás Maduro. Dieciséis contra 1, es demasiado papelón.
Como demostración de que el Mercosur sobrevive en medio de las diferencias entre sus socios, es que Uruguay convalida los actos delincuenciales de Nicolás Maduro porque no firmó el documento al que nos referimos,  en  apoyo a los 16 países americanos contra Venezuela.
 
 
El tirano venezolano, mata de hambre a su pueblo, sin pensar que ello ha provocado ya un 40 % de muertos entre hombres, mujeres y niños,  personas de todas las edades; también promueve las miseria de la cual participa el 34% de la población, en tanto el resto de los venezolanos, sufre la falta de medicamentos -mal de chagas, cáncer y otros males- lo cual lleva a la muerte inevitable a una cifra cercana al 15 % de los pacientes. Estas cifras, sin contar los asesinados por los militares y la policía militar hasta mediados del año pasado. Un porcentaje  bastante alto, se ha dedicado al pillaje y a la mendicidad.
 
 
Uruguay, por ejemplo, valida todo este expediente de enajenación propiciado y aplicado por Nicolás Maduro, el amigo del Uruguay.
Queda claro que Uruguay, en la suspensión de Venezuela del Mercosur, no ha participado ni lo aceptó nunca, debido a los negocios que ambos mantienen  entre sí (surgidos entre Chavez y Mujica, el  ex  Tupamaro renegado)  y al roce ideológico entre ambos gobiernos.
 
Uruguay sigue andando sin destino político definido en materia de relaciones internacionales,  mirando para otro lado, cobardemente y llena de prejuicios.
 
Uruguay apoya a Venezuela, porque revalida el hambre, la miseria y la muerte de los venezolanos, porque este pequeño país se siente lejos de América aunque viva enfrente de la Argentina e integre el  Mercosur. 
 
Jorge D’Amario Cané
Director periodístico de Radiomercosur.com
jcane@radiomercosur.com
 
(*) Un dictador practica, normalmente, el despotismo. Es decir que tiene todos los poderes concentrados en una sola persona. El tirano es aquel que practica la dictadura, pero sin ningún tipo de piedad ni consideración. La tiranía es otro nivel de la dictadura. Para ser un tirano primero hay que ser un dictador.